Hoy os dejamos los siete defectos del vino más comunes y cómo identificarlos. Es cierto que cada vez es más complicado encontrar vinos defectuosos, sin embargo, cabe la posibilidad de que un día nos topemos con alguno y tengamos que ser capaces de identificarlos. El secreto es agudizar la vista y el olfato.
- Corcho. El corcho no huele, por lo tanto, cuando un vino huele a corcho o recuerda al olor que tiene el cartón mojado, concretamente a moho, estamos ante un vino defectuoso. Ocurre cuando en las fisuras del corcho se alojan hongos o bacterias. Estas bacterias forman el moho produciendo un olor desagradable que se transmite al vino.
- Oxidación. Se producto por contacto excesivo del vino con el aire, lo que altera el sabor negativamente, le da al vino un aspecto poco brillantey en ocasiones colores tirando a marrón, así como un aroma débil y plano o incluso rancio o ajerezado.
- Sulfuroso. Es el defecto de olor y sabor picante y a azufre que presenta un vino como consecuencia de una aplicación incorrecta o muy reciente en el tiempo del anhídrido sulfuroso, un compuesto químico de azufre y oxígeno que mezclado con el vino en la cantidad adecuada realiza funciones antioxidantes, antisépticas, desinfectantes y depuradoras del color.
- Reducción. Es la reacción opuesta a la oxidación por falta de oxígeno, que realiza el vino en botella. Aunque suele ser beneficiosa para éste, también puede generar olores desagradables con recuerdos a fármacos, quemado, huevo podrido… Estos malos olores se llaman tufos de reducción y se dan con más frecuencia en vinos viejos con muchos años en botella, aunque también pueden darse en vinos jóvenes que han sido trasegados demasiado tarde o embotellados prematuramente sin haber aireado. Es posible mejorar algo el estado de estos vinos decantándolos o aireándolos.
- Cristales. Los problemas de precipitaciones suelen deberse a la presencia de pequeños cristalitos o tartratos. Ocurre en vinos blancos que no han sido bien estabilizados. Es un defecto leve que no afecta al sabor del vino.
- Vino picado o avinagrado. Cuando en el vino está presente el alcohol, el oxígeno y las bacterias acéticas, surge el vino picado o avinagrado. Esta combinación puede darse en cualquier momento del año y en diferentes situaciones. Por eso,para evitar que el vino se avinagre es importante preservarlo del contacto con el aire, utilizar las técnicas correctas de elaboración y conservación, y emplear los sulfitos en su justa medida. Lo que diferencia a un vino picado de uno que no lo está es su sabor y su olor A vinagre.
- Madera. En vino afectado negativamente por la madera adquirirá un color pardo y sin brillo, su olor será muy débil y plano y tendrá un excesivo sabor a madera y en algunos casos sabor agridulce.